Juliana
era hija de una conocida familia ilustre de Nicomedia, en la actual
Turquía, pero con un padre pagano que llegó a convertirse en perseguidor
de los cristianos. Ella, por la situación familiar, se hace bautizar en
secreto. Además se entregó enteramente a Cristo, desechando el
matrimonio.
Pero el joven
senador Eleusio quiso casarse con Juliana y el padre concertó el
matrimonio entre el senador y la joven, comprometiendo su honorabilidad.
Ésta, recibió al pretendiente, pero cuando se concretaron los acuerdos
matrimoniales, puso la condición de que no lo aceptaría hasta que no
llegara a ser juez y prefecto de la ciudad. Pero el joven lo logró, por
lo que ella le puso otra condición: hacerse cristiano.
Ante
esto, Eleusio puso al padre al corriente, y éste dijo: «¡Por Apolo y
Diana! Más quiero verte muerta que cristiana». A lo que ella respondió:
«mi Salvador es Jesucristo en quien tengo puesta toda mi confianza».
Entonces, durante la persecución de Maximiano, se le sometió a tortura,
con estaño derretido y fuego, y fue encarcelada con el objetivo de
darle tiempo para pensar y llevarla a un cambio de actitud. Sus Actas
describen las luchas que se dice que tenía con el Diablo. Esta pelea de
Juliana con Satanás era una de las historias favoritas de la Iglesia
medieval. Se dice que Satanás se le apareció a la santa como un ángel de
luz con el propósito de persuadirla de que todo a lo que había
renunciado en este mundo era, de hecho, bueno.
Finalmente, con dieciocho años, se le corta la cabeza el 16 de febrero del 304.
Cuando llegó la paz de Constantino, la matrona Sofronia tomó las
reliquias del cuerpo de la mártir Juliana en Nicomedia con la intención
de llevarlas consigo a Roma, pero una tempestad le obligó a desembarcar
en Pozzuoli (Campania), donde le edificó un templo que luego destruyeron
los lombardos. Este traslado hizo que la Juliana mártir de Nicomedia,
fuera confundida con Santa Juliana de Cumas, por lo que no se sabe si se
trata de la misma o si son personas totalmente diferentes.
A
principios del siglo XIII, las reliquias se vieron peligrar y
prudentemente se trasladaron a Nápoles donde reposan y se veneran con
gran devoción. Otras reliquias se encuentran en la actualidad en
Bruselas (Bélgica), en la Iglesia de Nuestra Señora del Sablon. Sin
embargo, una tradición del norte de España mantiene que es allí donde
está enterrada, en la Abadía de Santa Juliana (Cantabria), que da su
nombre a la localidad de Santillana del Mar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario