Mi Amado Jesús, qué fácil me resulta ver los defectos ajenos y las
virtudes propias, y qué difícil detectar los propios defectos y las virtudes de
los demás: es fruto de mi egoísmo. Oh Señor, cada día compruebo lo que le falta
a este pobre discípulo que soy para asemejarme a Tí. Ayúdame a ser
misericordioso y que no me atreva nunca a juzgar a los demás. Haz que hoy logre
tratar a los demás como Tú me tratas, mi Señor.
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