La
historia de san Ludgerio, primer obispo de Münster, nacido alrededor
del 745 en Frisia, de una noble familia, está ligada a un hecho nuevo en
el mundo cristiano: en esa época el cristianismo traspasó las fronteras
del Imperio Romano, con la evangelización de la Germania transrenana.
En esta misión, que alcanzó su máximo desarrollo con san Bonifacio,
encontramos comprometido a san Ludgerio,
discípulo de san Gregorio y Alcuino de York. Después de su ordenación
como sacerdote en Colonia en el 777, Ludgerio se dedicó a la
evangelización de la región pagana de Frisia, donde san Bonifacio había
sufrido el martirio.
Los métodos utilizados por el emperador
Carlomagno para someter esta región y cristianizarla estaban en poca
armonía con el espíritu del Evangelio: en el 776, durante la primera
expedición, el rey impuso el bautismo a todos los guerreros vencidos;
pero la posterior rebelión de Widukind vino acompañada de una apostasía
general. Ludger tuvo que huir, y después de visitar Roma llegó a
Montecassino, donde vistió el hábito monástico sin emitir votos. La
sublevación fue aplastada en el 784 y la represión fue muy intensa: el
rechazo del bautismo y la ruptura del ayuno de Cuaresma se podían
castigar con la muerte, pero este régimen de terror -contra el cual se
dirigió la condena del gran maestro Alcuino- hacía aborrecible el propio
cristianismo, que sin embargo echó raíces y floreció en abundancia
gracias a los auténticos propagadores del Evangelio, como san Ludgerio, a
quien el mismo Carlomagno fue a buscar a Montecassino, y lo envió de
nuevo a su patria, con el encargo de continuar la misión en Frisia. Poco
después, para premiar su celo, le ofreció la sede vacante de Tréveris,
pero el santo se negó. No eludió, en cambio, su deber como misionero,
aceptando ocupar el lugar del abad Bernardo en el territorio de Sajonia.
En el 795 Ludgerio erigió el monasterio, alrededor del cual surgió la
actual ciudad de Münster (precisamente «Münster» en alemán se relaciona
con «monasterio»). El territorio pertenecía al distrito eclesiástico de
Colonia, ya que Ludger sólo aceptó en el 804 ser consagrado obispo de la
nueva diócesis. Antes de esta fecha, el infatigable misionero no tenía
sede fija. Construyó iglesias y escuelas, y fundó nuevas parroquias que
confió a sacerdotes que él mismo había formado en su escuela de la
Catedral de Mimigernaeford. A él se debe también la fundación del
monasterio benedictino de Werden [perteneciente hoy a la región de
Essen], donde más tarde fue enterrado. Murió el 26 de marzo del 809 y
fue venerado enseguida como santo. Su tumba en Werden es meta de
peregrinación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario