"Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". (Jn. 21, 16)
Jn 17, 6a. 11b-19
A la Hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús levantó los ojos al
cielo, y oró diciendo: "Padre santo, manifesté tu Nombre a los que
separaste del mundo para confiármelos. Cuídalos en tu Nombre que me
diste para que sean uno, como nosotros. Mientras estaba con ellos, yo
los cuidaba en tu Nombre que me diste; los protegía y no se perdió
ninguno de ellos, excepto el que debía perderse, para que se cumpliera
la Escritura. Pero ahora voy a ti, y digo esto estando en el mundo, para
que mi gozo sea el de ellos y su gozo sea perfecto. Yo les comuniqué tu
palabra, y el mundo los odió porque ellos no son del mundo, como
tampoco yo soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que
los preserves del Maligno. Que sean uno, como nosotros Ellos no son del
mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad: tu
palabra es verdad. Así como tú me enviaste al mundo, yo también los
envío al mundo. Por ellos me consagro, para que también ellos sean
consagrados en la verdad".
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